Apple somete sus productos a numerosas pruebas durante el proceso de desarrollo para garantizar una larga y fiable vida útil incluso en condiciones difíciles. La compañía prueba al menos 10.000 iPhones antes de su lanzamiento para cubrir todas las necesidades.
No es frecuente que el fabricante del iPhone permita la entrada de personas externas a sus laboratorios, pero Apple invitó a algunos de los asistentes a la WWDC 2025 a visitar uno para que comprobaran por sí mismos las condiciones a las que espera que resistan sus dispositivos…
Para ser claros, no es la primera vez que Apple permite que personas externas visiten uno de sus laboratorios de pruebas de durabilidad. El año pasado, MKBHD realizó su propia visita y compartió algunos vídeos. Pero este año, Counterpoint ha proporcionado una descripción más detallada de lo que implican esas pruebas.
Se dividen en cuatro categorías:
Ambiental
Agua
Impacto
Vibración
Ambiental
Estas pruebas buscan replicar los desafíos climáticos que enfrentan los dispositivos que se utilizan en 175 países de todo el mundo.
Presenciamos pruebas de exposición a la sal durante hasta 100 horas, exposición a alta intensidad lumínica y exposición al polvo del desierto de Arizona para analizar qué sucede cuando partículas finas de arena entran en los altavoces del iPhone o en el puerto de carga. Algunas pruebas, en el caso de los AirPods, implican la producción de versiones artificiales de sudor y cerumen. Estas pruebas se ajustan aún más para tener en cuenta algunos de los datos de uso del dispositivo a los que Apple tiene acceso, lo que pone de relieve los complejos esfuerzos de los laboratorios para adaptarse a los entornos cambiantes.
Agua
La protección contra el agua y el polvo se mide mediante las clasificaciones IP, estándares establecidos por la industria electrónica con criterios específicos para cada uno.
Por ejemplo, el iPhone 16 Pro tiene una clasificación IP68, la más alta disponible. Esto significa que no debe mostrar ninguna entrada de polvo en ninguna de las pruebas y debe seguir funcionando con normalidad tras sumergirse en agua a una profundidad de seis metros durante una hora.
Las pruebas de agua de Apple comienzan con suavidad y luego aumentan gradualmente.
La prueba de la cámara IPX comienza con una prueba básica de techo de goteo para simular la lluvia y la entrada de agua. A continuación, se simula la presión del agua mediante chorros alrededor de todas las esquinas del producto. Una vez que el producto supera esta prueba, obtiene la clasificación IPX5.
A continuación, se aplica agua a alta presión a distancia, lo que le otorga la clasificación IPX6. Finalmente, un tanque presurizado que simula la profundidad del agua le otorga las clasificaciones IPX7 e IPX8 tras su inmersión exitosa hasta un metro y seis metros, respectivamente.
Las clasificaciones IP se refieren únicamente al polvo y al agua, pero las pruebas de Apple también incluyen otros líquidos peligrosos comunes, como refrescos, zumos, protector solar y perfume.
Pruebas de caída
Los YouTubers pueden realizar algunas pruebas de caída poco científicas por diversión y para conseguir visitas, pero dejar caer tu iPhone en la vida real es algo muy distinto. Cada caída es diferente, dependiendo de la altura, el material sobre el que impacta y el ángulo preciso.
Apple busca replicar esta enorme variedad de riesgos de caída durante sus pruebas.
Para acercarse a los escenarios reales, Apple ha desarrollado un robot que deja caer dispositivos en diferentes ángulos e incluso sobre distintas superficies, como tableros de partículas, granito y asfalto. Además, cada caída se analiza mediante una aplicación a la que acceden los ingenieros de Apple.
Vibración
Si bien es un riesgo menos obvio, un iPhone debe ser capaz de sobrevivir a situaciones como estar en la maleta de una motocicleta al circular por terreno irregular. Como se mencionó, la cantidad de variables involucradas es enorme, por lo que las pruebas de Apple buscan exponer los dispositivos a una amplia gama de frecuencias.
Estas frecuencias se simulan mediante una mesa vibratoria para crear diferentes entornos de vibración e impactos que un producto podría experimentar durante el transporte u otras condiciones reales, incluso para diferentes fabricantes de motocicletas. La mesa vibratoria mantuvo productos atados sobre ella durante un período prolongado y se sometió a diferentes frecuencias.